Desde que se descubrió el virus del VIH a principios de los 80, muchos han sido los avances científicos alrededor de esta infección contribuyendo cada vez a un tratamiento más eficaz. Todavía aún no hay cura definitiva, ni una vacuna que prevenga de su contagio, pero sí que hemos llegado, en el siglo XXI, a tener enfermos infectados con VIH con cargas virales indetectables.
Los primeros tratamientos del VIH allá por la década de los 80 provocaban múltiples resistencias, abandonos por la cantidad de efectos secundarios, produciendo, por todo ello, una alta mortalidad entre los pacientes. A partir de 1996 con la triple terapia y más aún, en el 2006 con la pastilla única y los inhibidores de la integrasa, el tratamiento del VIH cambió drásticamente siendo mejor tolerado por los pacientes y todo ello conduciendo a una cronicidad de la enfermedad, una esperanza de vida más larga y un significativo descenso de los efectos secundarios. Actualmente existen ensayos clínicos de tratamiento inyectable que pronto verá la luz.
Tenemos a pacientes que siguen el tratamiento de manera correcta con cargas virales indetectables. Esto significa:
Aún todavía tenemos que seguir explicando que el SIDA es el estadio avanzado y último de la enfermedad por infección de VIH, estadio que se alcanza cuando se abandona por completo el tratamiento de forma prolongada, o bien no se sigue por falta de conocimiento o medios.
Hoy en día pacientes que llegan a este estadio son los menos. Para eso los profesionales que trabajamos en este campo, médicos y enfermeras, tenemos una labor muy importante de educación, apoyo y asesoramiento para evitar que se produzca ese abandono por desconocimiento.
También trabajamos en educación sexual dado a que las mucosas de los enfermos con VIH se modifican, y les hacen más propensos al contagio de otras infecciones de transmisión sexual. También damos pautas en los casos en los que tengan parejas y sean serodiscordantes (uno infectado y el otro no), prevención de enfermedades ligadas al VIH y a la edad, y de promoción de la salud.
Todos estos avances no han ido ligados al avance de la sociedad en la eliminación de estigmas y miedos absurdos infundados alrededor del VIH.
¿Pero por qué estos avances no han llegado a la población en general? ¿Por qué se siguen con los estigmas?
Eliminar los estigmas es labor de todos, no solo poniéndonos el lazo, si no recibiendo la tan necesaria educación sexual desde edades tempranas tanto en casa como en el colegio como en otros ámbitos, durante toda la vida para evitar ésta y otras infecciones de transmisión sexual.
Y con todo ello otra pregunta que me hago es ¿por qué está tan extendido la relajación en el uso del preservativo?
Es frecuente ver en la consulta a gente joven y no tan joven, que a la pregunta de si usan protección dicen que no u ocasionalmente. En el caso de las y los trabajadores del sexo, nos cuentan como los clientes les piden los servicios sin usar protección.
Vivimos en la era digital donde toda la información es accesible a un solo clic, pero no toda la información que llega está contrastada.
Muchos son los factores que influyen en esta relajación por lo que urgen medidas de educación para la salud sexual, eliminación de tabús y de estigmas y ponernos manos a la obra en cambiar esta tendencia que solo nos conduce al repunte de casos de infeciones de transmisión sexual que estamos padeciendo.
Autora: Tamara Velasco.
Enfermera de la Unidad VIH del hospital Ramón y Cajal