Los métodos anovulatorios son aquellos fármacos que impiden que el ovario produzca óvulos. Esto se consigue aportando hormonas que bloquean la producción de óvulos, algo parecido a lo que ocurre cuando la mujer está embarazada.
Es importante valorar aspectos que afectan en cuánto medicamento llega a la sangre de la mujer, para poder ejercer su efecto. Esto lo llamamos farmacocinética.
Unas por más grandes y otras por tener más peso. Esto hace que el medicamento se diluya más y podría perder efectividad. Este detalle debe marcar también la elección del anovulatorio.
Hemos de conseguir en sangre un nivel superior al que provoca la anovulación, marcado en morado.
Los medicamentos de toma diaria, hacen esos picos que se representan en naranja, con máximos tras la toma que van decayendo en sangre hasta la toma del día siguiente. Factores como el mayor volumen de distribución de la paciente, retrasos en la toma o alteraciones del aparato digestivo, pueden hacer que el nivel en sangre disminuya por debajo del nivel de anticoncepción y el método falle.
Los medicamentos con administración continuada como el anillo y parche (algo menos) mantienen los niveles en sangre, menores que los de vía oral pero constantes y por encima del nivel anticonceptivo.
Se trata de métodos muy seguros y fáciles de usar.
Disminuyen la intensidad y duración de los sangrados.
Disminuyen los dolores menstruales.
Mujeres con intolerancia o contraindicaciones al uso de hormonas.
No protegen de las enfermedades de transmisión sexual.
Autora: Dra. Mercedes Herrero Conde